Partiendo de los compromisos éticos y políticos
ineludibles, en un mundo complejo, conflictivo, inequitativo, y de la necesidad
de responder con responsabilidad a los desafíos que este contexto sugiere,
Oscar Oszlak (2002) nos presenta un trabajo que plantea algunos de los
esfuerzos necesarios para definir las particularidades de la gerencia social,
como disciplina que corresponda a los propósitos de transformación que estén
presentes en las políticas sociales.
A
diferencia de los procesos tradicionales de creación de fronteras
disciplinares, de acotación de áreas u objetivos de investigación, que en la
mayoría de los casos se ajustan más a la lógica de la parcelación del poder
vinculado al conocimiento, el autor nos dice que la emergencia de los campos de
una disciplina, en especial si pertenece a las ciencias sociales, corre al
ritmo de las “presiones externas”, o demandas de un contexto. Así como Marshall
(1997 [1949]) nos indicó que el
desarrollo de la ciudadanía ha pasado por fases o etapas, y cada una de ellas
irrumpe en espacios temporales exclusivos, logrando objetivos específicos, como
los derechos asociados a la libertad (derechos civiles, siglo XVIII), los
derechos vinculados con la participación (derechos políticos, siglo XIX), y
finalmente en el siglo XX cuando empiezan a tener forma los “derechos sociales”,
entendidos como las garantías mínimas en condiciones de salud, educación y
seguridad social (Bustelo, 2000), de igual manera Oszlack nos indica que el
interés de la sociedad por incluir nuevos puntos en la agenda pública, la
necesidad de ajustar la tecnología para darle legitimidad al discurso
científico y la sensación de caducidad de los principales marcos de análisis,
interpretación y transformación de lo real-social, son, a grandes rasgos, alertas
manifestadas por el entorno para la delimitación de los campos del saber.
Ante
esta realidad, el gerente social debe cumplir según Oszlack, con competencias
para, desenvolverse en contextos complejos, trabajar en pro de la conciliación,
el consenso, el compromiso, la acción estratégica concertada, en equipo, donde
se proyecte constantemente la identificación con actitudes y valores propios de
un ethos democrático como la
inclusión, el respeto al otro, la participación y la ampliación de los procesos
de toma de decisiones.
Este
perfil se ajusta a las exigencias propias de la gerencia social. Oszlack
distingue una serie de retos que hablan más sobre las problemáticas en torno a
las políticas sociales, que sobre alguna “frontera subdisciplinaria”. Veamos:
- Turbulencia
- Complejidad
- Acceso
- Estilo de gestión
- Coordinación
- Descentralización
- Evaluación
La turbulencia
alude a la contingencia o incertidumbre que permea la dinámica social. Cambios
en el entramado legal, demandas políticas que terminan en crisis, obsolescencia
tecnológica vertiginosa, alteraciones inesperadas del escenario económico, y el
respectivo efecto dominó de adaptación de los actores involucrados, impiden la
planificación a largo plazo y exigen habilidades estratégicas para aclimatarse
a las situaciones y coyunturas. La complejidad hace referencia a las
reacciones políticas y a las fluctuaciones de las cuotas y relaciones de poder,
producto de los distintos intereses en juego. En la implementación de las
políticas sociales, intervienen diversidad de actores, con planteamientos y
motivaciones que pueden coincidir o no, interacción que es altamente proclive
al conflicto. En cuanto al acceso a los
beneficios de los programas o políticas sociales, éste dependerá del grado de
identificación de la población objetivo, así como de las fortalezas en cuanto a
organización de dichos beneficiarios para abanderar sus intereses. Una
población preparada, coordinada, con objetivos precisos y bien definidos tendrá
más posibilidades de manifestar sus demandas de inclusión y garantizar su
incorporación por el gerente social, minimizando los errores de exclusión
(Cohen y Franco, 2004). El estilo de
gestión de acuerdo a Oszlack, es la revelación de la cultura
organizacional, de las prácticas y saberes que estructuran el sentido común de
los miembros de una institución, y que fluctuará según la clientela, la
tecnología a disposición, los aspectos simbólico-valorativos que median entre
la organización y la población objetivo y el régimen político en el que se
convive. La coordinación nos coloca
en el debate sobre las tecnologías que deben emplearse en la gestión institucional, además de la
incertidumbre que la rodea en los planos administrativo e institucional, es
decir, donde se obtienen los recursos para garantizar los servicios a los
beneficiarios y donde se toman las grandes decisiones a nivel
estratégico-gerencial. La descentralización
en cambio, nos sitúa en los dilemas propios de las transferencias de poder a
nivel regional y local para la gestión de programas sociales, en las frecuentes
limitaciones financieras, y en las responsabilidades permanentes o temporales
que asumen las regiones en políticas sociales. El tema de la evaluación es igualmente trascendente,
nos dice Oszlack, si queremos distinguir a la gerencia social, en tanto que nos
señala las dificultades propias de la administración pública para asumir la
tarea de seguimiento o monitoreo, considerando que, de acuerdo al autor, hay un
déficit de indicadores para medir productos e impactos asociados a los
programas sociales.
BIBLIOGRAFÍA
·
Bustelo, Eduardo (2000): De otra manera. Ensayos sobre política social y equidad. Argentina.
Homo Sapiens ediciones
·
Cohen, Ernesto y Martínez, Rodrigo (2004). Conceptos básicos de formulación, evaluación
y monitoreo de programas y proyectos sociales. Documentos del Congreso
Internacional sobre Formulación de Proyectos Sociales. Secretaría de la
Integración Social Latinoamericana-CEPAL-FLACSO. Extraído el 17 de octubre de
2009 desde: www.sisca.int
· Marshall,
Thomas Humphrey (1997 [1949]): Ciudadanía
y clase social. Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Centro de
Investigaciones Sociológicas. Nº 79. Julio-Septiembre. Extraído el 03 de abril
de 2010 desde http://www.reis.cis.es/REISWeb/PDF/REIS_079_13.pdf
·
Oszlack Oscar (2002), Gerencia Social: La
construcción de una disciplina. Cuadernos de Cátedra Abierta en Gerencia
Social, Caracas.
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